sábado, 11 de julio de 2020

Capítulo 3






Lorenzo  mira a su esposo que se está desnudando.
--¿porqué mi hermano te odia?
--tu hermano me desea. Se quiere acostar conmigo. A ti te odia. Te tiene envidia. Quiere todo lo tuyo empezando por tu marido.
--¡¡eso no es verdad¡
Lorenzo va en boxers. El guapo Carlos duerme totalmente desnudo:
--tú hermano es un indecente aunque no lo quieras aceptar. Me acosa constantemente. Un día me voy a hartar y me voy.
Lorenzo lo abraza con desesperación 
--¡¡hablaré con él. No te molestará más¡
Carlos, sin que su esposo lo vea sonríe con maldad,  se mete en la cama:
--estoy muerto, esto de trabajar es bien duro.
Carlos  enseguida se queda dormido. Lorenzo  lo mira  con amargura. No quiere reconocer que su matrimonio se ha convertido en un infierno, no quiere aceptar que el carácter de su esposo no se corresponde al que Él imaginó a ese bello rostro de Ángel que lo enamoró. No quiere aceptar que sólo cuando duerme puede mirar a ese hombre con amor.
Lorenzo  llora porque no se resigna a que sea eso lo que le espera el resto de su vida pero se casó muy enamorado y no quiere aceptar que fracasó. No quiere reconocer que se deslumbró por ese hombre tan guapo pero sin sentimientos. No quiere renunciar a todos los sueños que hizo con él. No imagina que en otra parte de la ciudad, está Valentín  . Un rostro igual al de Carlos  pero lleno de ternura.






Con no más de cuatro horas dormidas, Valentín   ya se levanta para ir a trabajar. Se levanta en boxers y medio dormido. Se da una ducha rápida. Mert se levanta medio desnudo, va en slips, muy sexy. Bosteza.
--buenos días --dice Valentín   dándole una palmada en el hombro muy fraternalmente al hijo de su pareja.
No lo puede ver como un hijo pero sí lo quiere como a un hermano y le gustaría que el chico lo viera así pero aún es muy distante con él.
--¿buenos días?¡es de madrugada¡
Mert se ha levantado para hacer pis,
--¿cómo lo aguantas? digo... apenas duermes y ya te tienes que ir al trabajo.
--el amor. Amo a tu papá por encima de todas las cosas.
Mert se queda pensativo.  No le gusta que su padre esté con hombres y menos con vivir con ellos y Valentín es de su edad. Pero sabe que su padre solo busca quien pague sus facturas. En el fondo siente pena por ese hombre.
--¿te ocurre algo? --le pregunta Valentín   con cariño.
--No, no me hagas caso.
--venga, a seguir durmiendo.--le dice Valentín   muy simpático.
Y mientras que Valentín  se va, el  guapo Mert se vuelve a tumbar a la cama pero ya se ha desvelado. No puede volver a dormirse. Aunque en el fondo sabe que Valentín   no se lo merece, se siente muy herido y quiere hacer algo para hacerse notar, para castigar a todos.
--Mi padre tiene que saber que yo no soy un tonto. Me ha apartado de mi madre y no me quiere decir dónde está y total él no se ocupa de mi. Sólo sabe darme dinero que ni siquiera es suyo. Es de su amante. 
Y las palabras de su abuela lo hacen dudar:
--¿y si me encontró en la basura? Por eso no me quiere. Nadie me quiere.
Está enojado con todo el mundo. Mert se levanta decidido. Da un golpe con el puño en la pared:
--¡¡sí... ya es hora que en esta casa alguien ponga orden¡¡ ¡¡no seré yo el único que no pueda hacer lo que se le pegue la gana¡

Valentín   se incorpora a su trabajo de muy buen humor. El amor lo hace fuerte. Reşat  es su vida. Por  él cualquier sacrificio es válido. Es el último en irse y el primero en llegar. Cuando los demás van entrando bostezando y preparándose muy lentamente para comenzar con su trabajo, Valentín   ya ha avanzado mucho en su trabajo y es que el  trabajador. Hace siempre el trabajo de varios hombres. Luis   se acerca a él. Lo saluda. Valentín   lo mira unos segundos, sonríe y sigue en su trabajo. Luis   está medio dormido.
--es que si no fuera tu mejor amigo pensaría que lo tuyo no es natural, que algo te debes meter.
Valentín   no se inmuta, sigue trabajando mientras le dice:
--El amor es mi mayor droga,  la única droga que necesito  Yo por el amor de Reşat, por tenerlo contento, porque sea feliz yo hago lo que sea.
Luis   mira a su amigo con pena:
--¿y cuando vas a pensar en tu felicidad?
Con una gran sonrisa de enamorado:
--soy feliz si Él es feliz.
Luis   ya no le dice nada. Sabe que no tiene caso.

Mientras en la gran mansión  dónde vive el doble de Valentín  , un guapo empleado   llama a la puerta de un cuarto.
--¿puedo pasar?
Emilio está tumbado en la cama con la cajita que contienen las cenizas de su perro que ha sacado del altar.
--pasa, Apolo.
--¿le molesta que limpie o prefiere que vengas más tarde?
--no te preocupes,  haz tu trabajo.
Apolo  va sacando el polvo. Le duele la amargura de su patrón:
--¿le puedo decir algo?
Emilio hace que bueno con la cabeza.
--¿por qué usted siempre tan triste?
Emilio no dice nada.
--usted lo que necesita es enamorarse.
--Ni que eso dependiera de uno --dice Emilio suspirando.
Emilio le va mirando el culo. No le dice que le dio el trabajo porque está muy bueno y le gustaría acostarse con él. Pero el chico es muy joven e inocente y no se ha atrevido a hacerle la propuesta pero disfruta con ese bello y tierno cuerpo.
--yo sueño con encontrar mi media naranja,  usted también ¿no? --Apolo.
--ese es mi mayor sueño. Tú eres guapo. La encontrarás. A mi sólo me buscan por mi dinero.
--ser guapo no lo es todo. No he tenido suerte en el amor. 
Emilio se levanta. Pone la caja de las cenizas en el altar.
--Estoy solo y así me voy a quedar.
--ay sí... la soledad es muy mala... qué me va a mí contar.
Emilio se siente incómodo. No le gusta hablar con la gente. Además el empleado es muy guapo y se pone muy nervioso en su presencia. Ese culo le provoca morderlo y no  quiere que el chico note su deseo. Cuando ya está demasiado cachondo le dice serio :
--¿ya has acabado?
--¡si claro... ya me voy¡
Apolo  se va del cuarto. Lorenzo  lo ve que va a poner el aspirador:
--no hagas ruido que el señor está dormido.
--pero sí es muy tarde y además si tengo que esperar a que se despierte yo ya estaré acostado. Con esos horarios tan raros que hace el señor.
Intentando justificarlo a su esposo, Lorenzo  dice:
--es que trabaja mucho.
Sin pensarlo y muy divertido, Apolo  dice:
--Ay que risa trabajar el señor Carlos. Que cosa más graciosa.
Lorenzo  fulmina a Apolo  con la mirada.
--perdón.
Apolo  sigue limpiando. Dolido, Lorenzo  dice:
--¿por qué todos en esta casa le tienen mala voluntad a mi marido?
--por algo será --dice Apolo  irónico.
Lorenzo lo vuelve a mirar molesto, Apolo  se vuelve a disculpar y sigue trabajando. Lorenzo  en su recámara. Mira a su marido dormir. Se ha destapado, su torso está desnudo. Lo mira con amor y deseo.  Mira ese rostro y lo ama pero cuando Carlos despierta sufre por los desprecios de él. Lucha por amarlo, por ser feliz con él. Es paciente porque está seguro que será feliz con él. Cree que es una crisis pues ya llevan muchos años juntos. No quiere aceptar que ha sido así desde el principio.

Por otro lado, Valentín   come rápidamente. Se sorprende al ver a Mert .
--¿tú aquí?
--es que te quería pedir un favor.
--¿necesitas dinero?
Mert sonríe simpático:
--quiero que me ayudes a encontrar trabajo en esta bodega.
Valentín   se emociona. No se da cuenta que los ojos de ese chico brillan con maldad planeando algo

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