--cuéntame ¿que has hecho en estos días?
Valentín lo mira con miedo, le duele pensar en los días de infierno que ha vivido y ahora en cambio se siente en el paraíso. Siente que todo lo que ha vivido merece la pena por estar viviendo ese rato de felicidad.
--mejor cuéntame de ti --Valentín .
--¿y qué quieres que te cuente?
--No sé... lo que quieras.
--es que tú nunca me escuchabas.
--pero he vuelto con la intención de salvar nuestro matrimonio, si no no hubiera vuelto.
Lorenzo está feliz. Valentín se siente ya casado con Lorenzo y desea hacerlo feliz, no quiere que sufra. Hablan y ríen y sobretodo disfrutan el uno del otro. Los dos mirándose a los ojos se les ha olvidado el resto del mundo. Son sólo ellos dos.
Apolo escucha tras la puerta sorprendido. Nunca había oído reír a Carlos . Entra al dormitorio de Emilio a contarle el chisme:
--¡¡están juntos... se ríen¡
--no puede ser.
Emilio salta de la cama, escucha tras la puerta. Lo que oye demuestra que son una pareja feliz lo que les sorprende a los dos. Emilio siente un poco de celos.
--Yo tenía razón, llegó peor que nunca ¡Está fingiendo¡ --dice Apolo .
Y Emilio tiene muy dentro la mirada de él:
--No, es otro.
--¿¿¡como que otro?¡
--No lo sé... No lo sé.
Emilio regresa a su cuarto muy aturdido y es que son muchas cosas las que está sintiendo por Valentín . Un sentimiento que nace de muy adentro lo devora, lo quema. Apolo se queda en la puerta:
--Carlos nunca cambiará. Estoy seguro que ahora saldrá y se irá y llegará de madrugada..
Valentín y Lorenzo están extasiados el uno en brazos del otro. A los dos les gusta esa felicidad que están sintiendo. No dejan de mirarse.
--¿no tienes sueño? --pregunta Lorenzo..
Valentín hace que no con la cabeza. Lo mira con ternura.
--pues yo me muero del sueño
--pues duérmete aquí, apoyado en mi pecho.
--los latidos de tu corazón son como una canción de cuna--dice Lorenzo.
Valentín lo acaricia con ternura:
--podría estar mirándote toda la noche.
Lorenzo besa el pecho de él:
--tengo miedo.
--¿de qué, mi amor?
Valentín no le piensa. Le ha salido llamarlo mi amor. Lorenzo lo mira emocionado:
--nunca antes me habías hablado así.
--¿y te molesta? --dice Valentín muy tierno.
--no.
Lorenzo vuelve a apoyar su cabeza en el pecho desnudo de su falso marido:
--tengo miedo de despertar y que esto haya sido un sueño.
--Yo también, mi amor... yo también --le dice Valentín con dulzura.
Lorenzo se queda dormido con la música de la voz de su amado susurrandole y las cálidas caricias de éste. Valentín lo mira con amor. Piensa en todo lo que se resistió a hacer ese cambio:
--yo que presumía de hombre integro incapaz de mentir...
Mira a ese hombre que acaba de conocer pero ya los une lazos muy fuertes. Le duele engañarlo.
--¿y si fuera yo ? Con Carlos no era feliz. Me está amando a mi. Con Carlos nunca fue feliz.
Valentín se emociona al pensar que en realidad es él y no Carlos el hombre de la vida de Lorenzo . Siente mucha culpa. Se levanta con cuidado de no despertar al hombre. Se lleva las manos a la cabeza aturdido:
--¡¡él es su esposo¡¡ ¡¡sentir algo por él, por el esposo de mi hermano es mucho más indigno que estar haciéndome pasar por él.
Se siente feliz por ese momento de felicidad que no se parece nada a ningún otro momento de su vida pero siente culpa por haber empujado a Lorenzo a hacer el amor con un auténtico desconocido.
Valentín camina en calzoncillos con la casa, está muy ansioso.Va a la cocina bebe agua de una jarra, el agua cae y desliza por su pecho... lo devoran los ojos de Emilio que había entrado por casualidad. Aunque a Valentín le incomoda la excitada mirada de Emilio le sonríe:
--¿que tal?
Emilio no le dice nada y huye sofocado de tanto deseo, huye de los fuertes sentimientos que le hace sentir ese hombre.
--tipo extraño pero no parece mala persona.
Llega al cuarto. Los pantalones están en el piso y se da cuenta que su celular vibra. Carlos lo llama. Sale en calzoncillos al jardín para que nadie lo escuche.
--¿que quieres? --dice brusco.
--vaya... veo que no te agrada mi llamada.
Valentín está muy nervioso:
--no es eso.
--Te iba a preguntar si ya te has cogido a mi marido pero con tu voz de amargado veo que no... Es un amargado. No sabe disfrutar del sexo.
Y Valentín se siente muy culpa al pensar en lo delicioso que Lorenzo y él han sentido haciendo el amor.
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