martes, 14 de julio de 2020

Capítulo 25


Valentín   y Lorenzo  despiertan el uno en el otro sentimientos que el uno nunca había sentido. Valentín  le abre las puerta a un mundo nuevo. La pareja dedica su tiempo a libre a trabajar de voluntarios en diversas asociaciones. Ayudan y hacen compañía a gente mayor que está sola. Dan alimento a quien no tiene y ayuda a refugios de animales.  Lorenzo  nunca había trabajado fuera de un despacho, de un ordenador. Lejos de su vida de millonario. Con un beso Valentín   lo va animando. La pareja alterna el trabajo con besos, caricias y abrazos y ambos se sienten útiles y felices. Valentín   ama a ese hombre , el esposo de su hermano y le hace feliz ver que Lorenzo es feliz gracias a él y que está cambiando gracias a él. Ese cambio de la pareja sorprende mucho tanto a Apolo  como a Emilio. 


Han pasado veinte  días desde que el usurpador llegara a la casa, Emilio no se ha parado ante él, le huye porque le atormenta desearlo como lo desea. A Valentín   le da pena la soledad de Emilio, le gustaría ayudarlo cómo está ayudando a Lorenzo . Tan nervioso como la primera vez que entró en el cuarto de Lorenzo , Valentín   toca a la puerta del cuarto de Emilio.
--pasa, Apolo .
Emilio está poniendo flores en el altar que tiene, no duda que es Apolo  porque nadie más entra. Valentín   entra y lo mira con ternura. Le emociona la devoción con la que Emilio cuida su altar. 
--No soy Apolo.
La dulce voz de Valentín   estremece a Emilio .
--¿podemos hablar? --Valentín  .
Emilio no puede creer que ese hombre que tanto le gusta esté en su cuarto.
--no, vete. Sabes que mi cuarto es territorio prohibido para ti.
Emilio lo rechaza pero no le habla con el odio que hablaría a Carlos. Es que la presencia de ese guapo hombre en su cuarto estremece a Emilio. Valentín   le pone su mano en los hombros de Emilio y con cariño le pregunta:
-- ¿porque siempre encerrado?
Emilio tiembla de deseo por sentir a ese hombre tocándolo, su ternura le llega bien hondo.
La presencia de Valentín   en su cuarto atormenta a Emilio. Valentín   no imagina que siente que es otro y lo desea y no soporta estar a su lado porque se quema por dentro. Emilio lo desea. Desea esos labios que le sonríen. Valentín   le habla con mucha dulzura. A Emilio le sorprende mucho que se preocupe por él. Valentín   mira la caja con las cenizas del perro de Emilio. Olvida que es Carlos  y debe saber todo:
--¿son cenizas de tu perro?¿por eso estás tan triste?
--¡¡No creo que te importe¡
La mirada cálida de Valentín   derrite a Emilio.
--a cualquier persona sensible le duele el sufrimiento de los demás. Me duele que estés sufriendo porque has perdido a tu perrito.
Emilio llora de rabia. Valentín   le pone la mano en los hombros y Emilio se estremece. Muere de amor.
--a mi me gustaría ayudarte, deja que sea tu amigo. Deja que yo te ayude a superar la pena por la pérdida de tu perrito.
Valentín   le habla muy compasivo y aunque Emilio adora a ese hombre, el dolor por la muerte de su perro es mayor. Con todo su dolor lo empuja y  le reclama:
--¡¡eres un cínico... tú lo mataste¡
Valentín   no puede creer que su hermano le haya hecho eso. Mira a Emilio horrorizado:
--¡no, estás confundido¡
--¡¡pero si tú me lo confesaste aunque yo siempre lo supe ¡
Valentín   siente el dolor de Emilio y le duele que lo crea un asesino, no sabe cómo justificar a su hermano. No quiere creer que su hermano sea capaz de algo así pero aunque le duela sabe que si fue capaz de meterlo en la cárcel a él por un falso robo es capaz de todo. No quiere que Emilio lo odie:
--lo dije por rabia yo no fui yo ¿¡cómo crees que iba a hacer algo así?¡
Emilio lo mira a los ojos, lo ve sincero.
--no te creo--solloza.
Valentín   lo trata con un cariño que le derrite:
--¿porque tanto odio a mí?
--¿a caso crees que no te lo mereces? me has tratado mal, a mi hermano, tienes amantes muy jovencitos. Has hecho que tus amigos se me ofrezcan por dinero y me graben en ese momento para tenerme controlado. Tú les dabas las instrucciones para que me sacaran mucho dinero y me amenazas con contarle a mi hermano que gasto mucho dinero en hombres. Me haces chantaje con eso para que no cuente como eres a mi hermano ¡¡odiarte es lo que menos te mereces¡¡ ¡¡debería matarte¡
El cambio de Valentín   lo aturde, no puede evitar pensar en el pasado pero no se lo reclama con tanta rabia como lo haría con Carlos . Valentín   no sabe de qué habla. Siente pena.
--yo no sé qué decir --dice Valentín   apenado.
Emilio siente arrepentido a Carlos  y no lo entiende:
--mejor no digas nada, hay cosas que no se pueden perdonar.
--tu hermano y yo estamos empezando de nuevo y ya ves. Somos muy felices. ¿por qué no podemos llevar la fiesta en paz tú y yo? almenos no me gustaría que por mi culpa te la pasaras encerrado¿por qué no hacemos un esfuerzo los dos?
Emilio mira a ese hombre y le provoca besarlo y decirle que lo ama pero recuerda sus cochinadas y siente asco de sí mismo por lo que siente por el esposo de su hermano, no quiere olvidar lo que ha hecho. No habla con agresividad, Emilio habla con dolor. El dolor que le produce estar enamorándose de un hombre que, aunque ahora no lo parezca, es cruel.
--puedo olvidar muchas cosas pero no que eres un violador.
Valentín   mira a Emilio con el rostro desencajado del desconcierto:
--¡¡no, eso no¡¡
Valentín   sabe que su hermano es capaz de todo pero no lo cree capaz de violar :
--¡¡Yo jamás he violado a nadie y no te voy a permitir que me levantes falsos¡
Valentín   siente la acusación como suya y se defiende con ojos llorosos:
--¡¡yo no sé de dónde sacas esas barbaridades de mí¡¡ ¡¡¿qué te he hecho yo para que me calumnies de esa manera?¡
Emilio siente que lo está amando y odiando con la misma fuerza. Que niegue lo que ha hecho es más de lo que puede aguantar:
--¡¡reconozco que pareces otro  pero no puedes borrar lo que has hecho¡
Valentín   se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡nada de lo que dices es cierto¡
El  usurpador está desesperado.
--¿¡quieres que llamemos a Apolo  y le dices eso delante de él?¡ --Emilio.
Valentín   recuerda lo que su hermano le contó de Apolo  y muy alterado le dice:
--¡Yo no sé lo que te contó pero Apolo  y yo hemos hecho el amor porque Él quiso¡
Emilio nunca se hubiera atrevido con Carlos  pero en el fondo sabe que el guapo que tiene delante no es agresivo y por eso lo abofetea:
--¿¿¡cómo puedes decir esto ante mí? ¿¿¡estás mal de la cabeza?¡¡ ¡¡Apolo  nunca se hubiera entregado a un hombre tan cruel como tú¡
--¡¡Yo no lo violé¡
--¡por qué yo lo impedí¡
Valentín   se muerde la lengua para no descubrirse. No puede creer lo que está escuchando. Emilio no puede creer que Carlos  actúe como si no supiera nada:
--¿es que estás enfermo de la cabeza? ¡¡si amenazaste a Apolo  con decirle a Lorenzo  que se te metió en la cama y que te acusa en falso porque te rechazó. A mi hermano le dijiste que el golpe que te di yo con la lámpara fueron unos ladrones que te asaltaron¡ ¡¡a Lorenzo  le puedes inventar mil y una mentira pero a mí no porque sé que ese rostro que veo no es el tuyo, que es una careta¡¡
Valentín   no sabe qué decir. No dice nada.
--¡¡vete... por favor¡ --Emilio.
Valentín   se toca el pelo muy nervioso. Mira a Emilio abatido, lloroso:
--perdóname, perdòname. No te quería molestar. No lo volveré a hacer.
La mirada herida de Valentín   se le clava en el alma a Emilio. Valentín   cierra la puerta dejando tras él a Emilio llorando:
--te amo... te amo..
Y es un amor que a Emilio le atormenta porque es el marido de su hermano y porque debería odiarlo.Valentín   sufre al sentir el dolor de Emilio. LLora sangre por las cosas que le ha dicho:
--esto no puede ser verdad.
Sabe que Emilio no puede estar fingiendo su dolor:
--¡¡debe ser un invento del empleado ¡
Y muy aturdido, Valentín   va hacia la cocina para aclarar las cosas con Apolo .

Apolo  no está en la cocina. La puerta que da al área de servicio está abierta.
--¡¡Apolo ¡¡ ¡¡Apolo ¡
Valentín   va entrando, Apolo  está descansando en su cama, escuchando musica. Valentín   toca a la puerta. Apoyo no lo oye. Valentín  se acerca con timidez, Apolo se da cuenta que ya está al lado de la cama.
--¡¡ah¡¡
Valentín   está molesto y a Apolo le asusta su mirada y de repente saca un cuchillo de debajo de la almohada:
--¡¡no me vas a volver a hacer daño¡¡ ¡¡yo no sé a cuántos habrás violado pero a mí no me tocas¡¡monstruo¡¡
Valentín   no da crédito a lo que oye. El dolor de Apolo  no puede ser fingido:
--si si sabe que yo no soy Carlos  tendría sentido esto para desenmascararme pero no me pueden haber descubierto ¡¡tiene que ser verdad¡ --piensa él.
Apolo  se levanta y amenaza a Valentín   con el cuchillo:
--¡¡si no te vas te mato¡¡ ¡¡no... mejor te corto los huevos y así no podrás lastimar a nadie, no podrás abusar de otro hombre  cómo quisiste hacer conmigo¡
Valentín   pone sus manos en los genitales:
--¡¡por favor... hablemos¡
--¡¡Yo sé que tú no quieres hablar ¿que cómo no te dejé meterte en mi cama no pararás hasta violarme¡ ¡¡pero te vas a quedar con las ganas¡Eres un degenerado y te gustan jovencitos. Cada mañana llegas con olor a uno diferente. No sé si les pagas o los violas pero a mi no te me acerques¡¡
--Yo no te quiero hacer daño --dice aturdido.
--¡¡vete¡
--deja el cuchillo... puedes lastimarte.
--¡¡y si no me lastimarás tú a mí¡ ¡¡no voy a poder estar seguro que Emilio me salvará siempre que tú me quieras violar así que ni olvides que voy a separarme del cuchillo¡
Y Valentín   se da cuenta que Emilio tenía razón y se hunde por la maldad de su hermano. De rodillas y llorando sangre:
--perdóname... perdóname..
y con los brazos en cruz le dice:
--si quieres mi vida para que olvides lo que te hice yo te la doy... ¡mátame¡
Apolo  está asombrado.


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