sábado, 11 de julio de 2020

Capítulo 1




Valentín   es un humilde empleado.  Es trabajador, honesto. Trabaja en una bodega. Ya casi todos los trabajadores se han ido. A pesar de que está cansado, a Valentín   no le importa estar hasta muy tarde. Se le acerca otro compañero que ya no lleva el uniforme de trabajo, está apunto de salir. Lo mira con pena:
--¿otra vez te quedas hasta tarde?
Sin distraerse del trabajo, el guapo Valentín   dice:
--necesito el dinero ¿qué le voy a hacer?
--pero es que todo en la vida no puede ser trabajo. Es que seguro que no debes ni saber lo que es divertirse.
Valentín   se da unos segundos de descanso. Mira a su amigo con una leve sonrisa:
--pues sí hace mucho porque los domingos estoy tan cansado que me paso el día dormido.
--¿desde que vives con Reşat  , no?
Valentín   vuelve al trabajo:
--no empieces con lo mismo. Reşat  y yo somos muy felices.
--¡ya me imagino tú te matas a trabajar para Él y Él ni te tiene que cumplir porque con lo tarde que debes llegar a casa seguro que hace años que no cogeis¡¡¿me equivoco? 
La cara de Valentín   indica que sí aunque no da detalles:
--pero es que el sexo no es lo más importante. Ya disfrutaré más adelante, para descansar siempre hay tiempo en el futuro.
--cuando estés muerto.
--En buena onda, Luis  , tengo que seguir trabajando.
Luis   pone su mano sobre los hombros de su amigo:
--somos amigos desde niños, yo te conseguí este trabajo.
--y yo te lo agradezco pero eso no te da derecho de meterte en mi vida privada.
--pero ahora estoy arrepentido de haberte ayudado. No quiero que se aprovechen de ti. 
--nadie se aprovecha de mí, lo que hago lo hago feliz.
--No es mi intención meterme en tu vida pero sí te puedo aconsejar si me doy cuenta que se están aprovechando de ti. En buena onda te lo digo yo. No puede ser que estés tan ciego. Reşat  tiene aires de grandeza. Con eso que su familia fue rica y lo perdió todo. ¿porqué no trabaja? ¡¡es que tú no lo tienes que mantener a Él ni a toda su familia...¡¡¡almenos que Él colabore en los gastos trabajando¡
--nunca trabajó. No le puedo pedir que empiece ahora. Y no se encuentra bien.
--ese palacio en ruinas hipotecado lo pagas tú y mantienes a la abuela, al hijo. Mert tiene treinta años, que no es un príncipe. Que trabaje.
--Yo no sé porque le tienes tanta mala voluntad a mi hombre  ¿o es que me tienes celos? 
A Luis   le duele ver que su amigo está tan ciego:
-sabes que no soy gay y sólo trabajas.  Desde que estás con ese hombre no tienes vacaciones  y menos  sexo... eres digno de compasión no de envidia¡¡
--esto es una situación temporal, ya te digo, los problemas de dinero irán pasando.
--¿¿cómo?¡ ¡la hipoteca de ese palacio  a su nombre la acabarás de pagar cuando tengas 90 años sin contar los otros lujos que ellos se dan a tu costa¡¡ ¡¿cómo es posible que toleres esa situación? Se ríen en tu cara. Reşat  o Mert deben trabajar.
--Mert está estudiando.
--¡¡pero sí ha repetido cada curso cinco veces¡¡
--no seas injusto. Tanto Reşat  como Mert  lo pasan fatal. Mi suegra está muy enferma.
Luis   lo mira burlón:
--tu suegra está enferma pero de borracha parece que tú no lo quieres ver. Te están chupando la sangre, se aprovechan de ti. Reşat  no quiere abandonar el palacio familiar pero no lo pueden pagar y te tienen a ti manteniéndolos a todos y pagando la hipoteca.
--yo no me quejo. Y no es un palacio. Es una casa grande. El bisabuelo de Reşat  la compró cuando dejó Turquía. Reşat, su padre y su abuelo nacieron ahí.  Sería muy duro para Reşat  perderla.
Valentín   no lo mira, sigue trabajando, Luis   le pone la mano en los hombros para hacerle sentir su amistad, que sus palabras son porque se preocupa por él:
--no se trata de eso..
--lo amo, ya deja el tema.
--¿y Reşat te ama ?
--claro que sí. Soy  su vida.
Luis   deja a Valentín   seguir trabajando porque se da cuenta que no podrá convencerlo de nada.


Un guapísimo rubio de ojos claros entra en una casa. Es grande y se ve que es de una familia que tuvo dinero pero ya está muy vieja y el techo está hundido en varias habitaciones 
En el sofá está una mujer de más de 80 años con una botella de vino en las manos, casi vacía. Además se oyen fuertes jadeos de la habitación.
--¡¡otra vez papá se está acostando con otro¡¡¡menos mal que ya no estudio y no tengo que pasar la vergüenza de que se acueste con todos los compañeros de mi clase¡¡
La abuela sigue bebiendo ajena a todo. El chico se enfrenta a ella:
--¿¿¡por qué has permitido que tu hijo se convierta en un puto ??
La mujer lo ignora, y el chico le agarra la botella:
--¡¡dame la botella, Mert¡¡¡no seas malagradecido¡
--¡dime quien es mi madre¡
Molesta porque su nieto le ha quitado la botella, la mujer dice:
--¡¡tu madre era una puta drogadicta que te dejó en la basura y mi hijo que es un santo tuvo pena de ti y te recogió¡ 
--¡eso no es cierto¡ mi papá es mi papá y sí sabe quién es mi mama¡
--¡¡cree lo que quieras, recogido¡
El guapo chico mira a su abuela muy triste y le devuelve la botella:
--es mejor que te la pases borracha.
El chico mira con pena a su abuela que bebe y bebe:
--a veces a mí también me gustaría pasármela borracho para no darme cuenta de lo que pase a mi alrededor.
Aunque ante todos finge que es un tipo duro, que no le duele sí le molesta y mucho el comportamiento de su padre.  Entra al cuarto. Su padre está con un chico de apenas 14 años.
--¡papá¡ --grita Mert  escandalizado.
La pareja se sobresalta. El adolescente está aterrado. El hombre no tiene ningún tipo de vergüenza:
--¿¿¿Mert, qué haces aquí?¡
--¡¡vivo aquí en esta casa que paga el imbécil de tu novio¡
El adolescente se viste a toda prisa:
--¡¡yo mejor me voy¡
Mert mira al chico con rencor:
--¡¡si vete¡
Cuando ya están solos, padre e hijo se miran con reproche:
--¡¡cada vez te los buscas más jóvenes¡¡¡ ¡¡no debe tener ni los 15¡¡¿¿cómo has podido?¡¡
Mert se lleva las manos a la cabeza escandalizado.
--venga hijo... tú sabes que el imbécil de Valentin no me cumple ¿que culpa tengo yo?
--¡¡¡porqué se la pasa trabajando para nosotros¡¡¡el muy imbécil se cree que eres un santo y jamás imaginaría que te acuestas con todo el mundo menos con él¡¡¡
El hombre  lo abofetea:
--¡¡a mí me respetas ¡
--¿¡y cómo voy a respetar a un padre que se acuesta con chicos más jóvenes que su propio hijo??¡
--tú no has visto nada como siempre, le diré a Valentín que te dé dinero.
--¡¡el idiota de tu novio ya me da lo que yo quiero¡¡ dame de ese dinero que te dejó el abuelo y le tienes oculto a tu novio o le diré a tu novio que te acuestas con adolescentes y tienes aún dinero en un banco¡
El hombre  mira a su hijo molesto pero le da lo que pide.

Es ya muy tarde cuando Valentín llega a su hogar. Esa misma casa en la que Mert entró. En el sofá duerme la abuela borracha. A pesar que tiene la botella vacía en las manos, Valentin  no quiere aceptar que es una borracha, que esa es su única enfermedad. La excusa que bebe para que se le pase los dolores es muy buena. La ayuda a meterse en la cama. Luego Valentin se desnuda y se tumba en la cama de Reşat, en esa misma cama se estaba acostando como tantas otras veces con un chico de 14 años. Valentin jamás imaginaría que el hombre  con el que vive no es ni mucho menos  como él piensa.



Doña Erika dedicado con cariño a la señora Gladys Cáceres



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